Comentarios sobre el
debate presidencial español y las elecciones generales del 20 de diciembre del
2015
Reflexiones
del Dr. Italo I. Antinori Bolaños (*)
(Análisis
realizado antes de las elecciones generales españolas del 20 de diciembre de
2015)
Difícil y
hosco fue el debate celebrado en Madrid el lunes 14 de diciembre de 2015, entre
Mariano Rajoy del PARTIDO POPULAR y Pedro Sánchez del Partido
Socialista Obrero Español (PSOE),
que organizara la Academia de las Ciencias y Artes de la Televisión del Reino
de España que preside el inteligente y reconocido periodista, Dr. Manuel Campo
Vidal, quien, además, fungió como único moderador del evento. No solamente fue un debate duro y bronco, sino
que resultó difícil para el experimentado moderador, intervenir en algunos
momentos álgidos para evitar el rifirrafe que se produjo y reconducirlo hacia
el debate de ideas y propuestas. Quizá
el formato de un debate, pactado, acordado, y negociado estrictamente por los
dos equipos de campaña, le hizo difícil intervenir, porque uno de los puntos
consensuados fue precisamente, la menor intervención del moderador. A pesar
de la vasta experiencia de haber moderado tres debates anteriores (Felipe
González versus José María Aznar en 1993; José Luis Rodríguez Zapatero versus
Mariano Rajoy en el 2008; y Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy en el 2011),
en determinados momentos nos pareció que el destacado periodista se llegó a
sentir incómodo por el talante agresivo del debate. Las limitaciones que se impusieron al
moderador en el formato del debate no hubiera constituido un problema si los intervinientes
hubiesen debatido ideas y conceptos en vez de utilizar agriamente la
descalificación personal e insulto cuasi de taberna, como lo hizo el señor Pedro
Sánchez, de forma reprochable, arrabalera y hasta ramplona. Sus constantes e impropias interrupciones al señor Rajoy cuando
éste intervenía (vieja táctica para no dejarle construir sus ideas) y su forma
artera de acorralarle, fueron desagradables, repulsivas e impropias para un
líder que aspira a dirigir una nación de tanta decencia y dignidad y cuna de personajes
de excepcional inteligencia. El señor
Pedro Sánchez no comprendió que España ha sido, es y será una referencia
permanente para las naciones que nacimos bajo el cobijo de la gran España que
se consolidó, precisamente, en 1492, cuando ocurrió el descubrimiento, arribo
y/o encuentro (como quieran llamarle) con el nuevo continente. Desde esa óptica, Sánchez es una vergüenza
para Iberoamérica que esperaba un debate ejemplar para nuestros pueblos que
siempre atisban y buscan el ejemplo y la referencia de lo que ocurre en España
para irradiarlo como modelo a seguir en las democracias iberoamericanas. Así
ocurrió con la transición española – sobrevenida después de la muerte del General Francisco Franco el
20 de noviembre de 1975 – que ha sido guía y referencia jurídica, política y
constitucional para consolidar y articular
transiciones pacíficas de gobiernos de facto a gobiernos democráticos,
con lo cual dicho ejemplo abrió caminos de concordia, paz y entendimiento entre
todos y para todos. La grosera e
irreverente actitud del señor Sánchez pareció ser igual o peor que la de
algunos políticos de cantina y del
arrabal que pululan en las democracias embrionarias como sinónimo de
histrionismo teatral, en procura del engaño a los sectores más vulnerables
porque no tienen mayor educación, pero de ninguna manera su actitud representa
a un pueblo noble y decente como el Español.
Por otra parte el señor Rajoy fue débil en la reacción, otras veces
impreciso y confuso en las respuestas.
No tuvo la contundencia para articular sus propuestas de forma clara y
puntual, ni tampoco para pedirle a su adversario – y dejar constancia ante los telespectadores –
que no le interrumpiese cuando exponía sus conceptos. Varias veces pareció aturdido y afectado –
sin saber cómo reaccionar – por la andanada de críticas y reproches que lanzaba
el señor Sánchez, como si no hubiese previsto lo que lógicamente iba a hacer su
oponente, quien iría al debate con la estrategia de buscar atraer el voto
indeciso para inclinarlo hacia el PSOE consciente de que muchos de sus votantes
se han desviado hacia las otras dos formaciones emergentes: PODEMOS y CIUDADANOS.
Y aunque era previsible que Sánchez atacara por el tema de la corrupción no nos
explicamos por qué el señor Rajoy no echó mano de recordar el vergonzoso
escándalo de los ERE de Andalucía (corrupción de más de 1000 millones de euros
del PSOE y también importante por la notoriedad política de los implicados), el
del fraude de los cursos de formación ocurrido también en la Junta de Andalucía,
controlada por el PSOE que entendidos dicen que es mucho más grande en lo
financiero que el de los ERE; el del Secretario General del PSOE en Galicia
imputado de diversos delitos; el denominado saqueo en la Plataforma Logística
de Zaragoza (PLAZA); o como el mismo contrato de préstamo que se dice que tenía
el señor Sánchez en uno de los bancos que recibió ayuda financiera para no
quebrar. Mariano Rajoy contaba con muchos
otros ejemplos que podía citar al hablar de la corrupción que también salpica al
Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Nos sorprendió que Rajoy no pudiera explicar la diferencia que existe
entre una ayuda o rescate financiero (que fue lo que se hizo a la banca
española) y lo que significaba un rescate al Estado español que nunca se
produjo. El lenguaje corporal de Rajoy durante
el debate, indicaba lo sorprendido y aturdido que estaba como si no hubiese
estado preparado para enfrentar ese posible escenario que, sin ser políticos
expertos, habíamos previsto de antemano como
posible actitud del señor Sánchez para dejar pasmado y opaco a Rajoy y éste
desaprovechó el contragolpe para paliar la situación, voltearla a su favor y
salir bien librado y con réditos a su favor. El acorralamiento, el irrespeto y el
menosprecio a la dignidad de Rajoy por parte del señor Sánchez pudo haber sido
una de las causas – evidentemente no la
única – que atizó e incitó la actitud repudiable del joven gallego que, en
Pontevedra, agredió de forma artera al Presidente del Gobierno Español solo
cuarenta y ocho horas (48) después de la bronca que armó el señor Sánchez en el
debate en el que estigmatizó a Rajoy con uno de los calificativos más crueles
en la vida pública: indecente. Los líderes políticos deben tener conciencia
de que, con sus actos e ideas, irradian criterios a otras personas que les
escuchan y que subliminalmente reciben sus directrices como dirigentes y actúan
en consecuencia aunque no acepten que les influyó el criterio escuchado. En este caso, la crispación y la agresividad
que innecesaria e irresponsablemente promovió Sánchez, pudo ser uno de los
desencadenes del condenable y cobarde acto, que bien pudo haber ocasionado la
muerte del señor Rajoy si el agresor hubiese llevado un arma letal.
El debate fue interesante
porque tuvo el ingrediente único y especial de que fue la primera vez en la
historia democrática de España que el bipartidismo está fracturado y que se
prevé que básicamente cuatro colectivos políticos (PP, PSOE, PODEMOS y
CIUDADANOS) tendrán un buen porcentaje de votos nacionales, sin descartar los
que pudiera lograr IZQUIERDA UNIDA, aunque fueran pocos. Por elemental lógica, todo indica que será
muy difícil que uno de ellos logre la mayoría absoluta para gobernar en
solitario, por lo que el próximo gobierno es probable que surja de un pacto, en
principio de dos formaciones, pero sin descartar lo complicado que sería una
conformación tripartita del ejecutivo español (al que se podrían sumar algunos
partidos nacionalistas). Otro escenario que tampoco debemos descartar es que se
atomice tanto el resultado y no sea posible lograr en corto o mediano plazo el
consenso para gobernar que todo desembocase en una nueva elección. En fin, creemos que los pactos o acuerdos
posteriores a las elecciones serán el enigma más interesante de la política
española en estos momentos, frente a los resultados que obtengan los cuatro
partidos políticos con mayor intención del voto, pues todo indica (encuestas y
proyección del voto) que ninguno logrará mayoría absoluta y habrá un
fraccionamiento del voto como nunca antes desde el advenimiento de la
democracia española. Si Rajoy y el PARTIDO POPULAR no obtienen mayoría absoluta
y no logran el respaldo del señor Rivera de CIUDADANOS (que entendemos que éste
ha asegurado que no apoyaría a RAJOY en una eventual investidura), quedaría
abierta la posibilidad de un acuerdo del señor Sánchez del PSOE con el señor
Iglesias de PODEMOS, con lo cual no estoy muy seguro de cuánto le convendría dicha
alianza a nuestra querida España. Algo muy cierto es que todo nos indica que
los dos colectivos emergentes (CIUDADANOS y PODEMOS) tendrán en sus manos la
estabilidad y la gobernabilidad de España, dependiendo de hacia dónde apunten o
dirijan sus simpatías poselectorales. Pero
cualquier cosa puede ocurrir con los resultados del domingo 20 de diciembre de
2015 y solo habrá que esperar la voluntad popular que se expresará en las urnas
en pocas horas. De allí dependerán
muchas cosas para el futuro de España que será interesante analizar, frente a un hecho
incuestionable: El Partido Popular y su líder Marino Rajoy, erosionado por la
política de ajustes financieros impuestos para paliar la crisis económica – y
salpicado por algunos casos de corrupción – no logrará obtener mayoría absoluta
para gobernar en solitario, tal como lo logró cuatro (4) años atrás.
17 de
diciembre de 2015
(*) El autor es Doctor en Derecho (Especializado en Derecho Constitucional)
por la Universidad Complutense de Madrid, Reino de España y Primer Defensor del
Pueblo de la República de Panamá (1997-2001)
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