miércoles, 26 de octubre de 2022

Análisis del Dr. Italo Antinori Bolaños, Primer Defensor del Pueblo de la República de Panamá (1997-2001) y Doctor en Derecho Constitucional por la Universidad Complutense de Madrid, sobre la elección del nuevo Magistrado del Tribunal Electoral de Panamá

 Alergia crónica al academicismo

Correo: iantinorib@cwpanama.net

En Panamá definitivamente que hay alergia crónica al académico que toma sus decisiones y criterios bajo los cánones de la justicia y la equidad y alejado de los intereses políticos y económicos.  Siempre existe la vana ilusión de que el máximo tribunal de Justicia de un Estado se convierta en la sede de la imparcialidad y ecuanimidad.  Sin embargo, causa profundo desencanto, contemplar que lejos de cultivar y plantar en sus decisiones tan elevadas virtudes, se entregan a la sumisa complacencia de quienes detentan el poder político. 

La Corte Suprema de Justicia de Panamá, sin medir consecuencias que minarán aún más su cuestionada credibilidad y objetividad, ha desconocido la presentación y credenciales de meritorios candidatos a Magistrados del Tribunal Electoral, no vinculados a los grupos políticos tradicionales.  Sin poner en duda las credenciales profesionales del nuevo Magistrado – quien cumple con los requisitos formales – resulta innegable la estrecha vinculación política que tuvo con el partido PRD (Alcalde de La Chorrera, Presidente de la Comisión Nacional de Elecciones de dicho colectivo) que detenta el poder político en estos momentos en Panamá.  Por eso, parece sugestivo que el Presidente de la República – miembro de ese mismo partido político – haya designado a cinco de los nueve Magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Y pocas horas después de la elección que hizo la Corte Suprema de Justicia, designó a una dama como el sexto Magistrado que nominaba, así como a dos suplentes. Curiosamente, los cinco que previamente había nombrado y ejercían sus funciones fueron los que votaron para elegir a un ex miembro del partido político del Presidente como nuevo Magistrado del organismo que administrará lo concerniente a la actividad electoral en los siguientes diez años.  No es que planteemos que las personas que han pertenecido a un Partido Político haya que estigmatizarles y denigrarlas para siempre, sino que, en este caso, por la naturaleza tan delicada de las funciones que realiza un Magistrado del Tribunal Electoral, por sensatez y cordura, debería designarse, preferiblemente, a personas no vinculadas con los colectivos políticos.

Lo que la sociedad anhelaba y esperaba era el inicio de una recomposición y restructuración del Tribunal Electoral con la designación de un nuevo Magistrado no relacionado con los partidos políticos, al menos en los últimos 20 años.  No perdamos de vista que uno de los tres Magistrados también salió de las fauces de otro partido político (Partido Panameñista) en momentos en que dicho colectivo detentaba el poder político y el tercero tiene desde 1991 de ejercer el cargo, con lo cual debería dejar paso a un lógico y elemental relevo porque los puestos no otorgan propiedad indefinida.

En cualquier país civilizado y decente, por el bienestar de la sociedad, se buscaría – como propósito ideal – elegir a un Magistrado del Tribunal Electoral desvinculado de la política y de los políticos para garantizar disipar cualquier duda que pudiera generarse tanto en la elección como en las futuras actuaciones y decisiones del Tribunal Electoral.  Lamentablemente, con tan importante designación, han actuado al revés.  Entre los aspirantes – varones y damas – había profesionales de incuestionables merecimientos quienes tenían el talante de no haber participado ni estar relacionados con la actividad partidista y política, característica que, a nuestro modo de ver, resultaba fundamental para que la confianza se genere y no se diseminen recelos ni mosqueos en las actuaciones futuras del funcionario elegido. 

Entre los calificados candidatos que no tenían vinculaciones políticas, emerge la figura del profesor Miguel Antonio Bernal Villalaz.  Su indiscutible honestidad, su apego al estudio y a la academia y su acendrado patriotismo, lo hacen merecedor del respeto y la admiración de gran parte de la sociedad.  Con Miguel Antonio Bernal, se podrá estar de acuerdo o no, pero no se le pueden negar sus indiscutibles merecimientos como ciudadano cabal, como voz crítica de la conciencia nacional – muy necesaria en un país donde mucha gente no se atreve a disentir – ni debemos negarle sus preclaras virtudes como educador, pues ha dedicado su vida a orientar a las juventudes estudiosas del país, como activista incansable por la redención social y moral de los pueblos y como gran batallador por la defensa y vigencia de las libertades democráticas.  Así lo escribimos hace algunos años en un artículo denominado “Miguel Antonio Bernal voz de la conciencia nacional” visible en:

http://laverdadhispanoamerica.blogspot.com/2015/03/miguel-antonio-bernal-voz-de-la.html 

Es innegable el carácter indómito de Miguel Antonio Bernal – herencia de su madre santeña y de su padre chiricano – así como su incansable sed de justicia a favor de los débiles, por las que siempre clama, sin medir consecuencias y sin esperar nada a cambio.   Durante muchos años la sociedad panameña ha sido testigo de sus innumerables luchas cívicas, emprendidas y libradas, por la defensa de los derechos de los demás.  No ha desperdiciado tiempo, ocasión, ni tribuna, para defender con vehemencia y determinación sus nobles postulados. Por ese permanente compromiso con la verdad, ha sufrido exilios, golpizas, detenciones arbitrarias, insultos y las conocidas infamias que le suelen hacer a quienes no somos dóciles con el sistema y, por tanto, tampoco toleramos ese germen cochambroso que corroe a la sociedad iberoamericana y que el desaparecido pensador venezolano, Arturo Uslar Pietri en su obra “Golpe y Estado en Venezuela”, llamaba la “cultura de la corrupción”.  Las naciones que buscan la desconcentración del poder y el equilibrio de poderes para buscar una sociedad más armónica con vigencia de libertades necesitan de personajes como Miguel Antonio Bernal que se convierten en voces genuinas y auténticas de la conciencia nacional.

Lamento que Miguel Antonio Bernal no haya sido elegido Magistrado del Tribunal Electoral porque con tal desconocimiento la Corte Suprema de Justicia escaldará de forma negativa su ya cuestionada imagen de doncella complaciente del poder político y lo siento por el país pues perdemos desechando la participación e integración en el servicio público de un personaje de la categoría moral y académica de Miguel Antonio Bernal.

Dejamos constancia para la historia de nuestra requisitoria de eso que hemos llamado “dolores de Patria” – con el convencimiento moral y espiritual de que únicamente Dios puede salvar a Panamá del abismo al que se aproxima poco a poco.   

Panamá 25 de octubre de 2022.

Dr. Italo I. Antinori Bolaños Murgas Álvarez

Doctor en Derecho (Especializado en Derecho Constitucional)

Universidad Complutense de Madrid, Reino de España

Primer Defensor del Pueblo de la República de Panamá (1997-2001)

Correo Electrónico: iantinorib@cwpanama.net

https://www.youtube.com/watch?v=kldLuqZp6vI

https://www.youtube.com/watch?v=TojCeGsA83w

https://www.educacion.gob.es/teseo/mostrarRef.do?ref=144960

3 comentarios:

  1. Excelente exposición jurídica y académica, valiente y veraz, con talante y neutralidad. Como siempre mi respeto y aprecio, al único doctor en Derecho y Ciencias Políticas Constitucionalista en la República de Panamá, Dios le bendiga. Prof. Mario Augusto Rodríguez

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  2. Aplaudo el escrito por ser mesurado, respetuoso y contundente. Sé q no caerá en oidos sordos y q la decisión tomada por la CSJ no puede retrotraerse. Pero quedará en la memoria y será como espada incandecente de aviso de una pésima decisión tomada

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  3. De acuerdo don don Italo pero ya esto es un

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